La obligación de inocularse contra el coronavirus entró en vigor el miércoles para 2,7 millones de profesionales de la salud que trabajan en hospitales, residencias de ancianos, cuidadores, ayudantes a domicilio, bomberos y asistentes de ambulancia.
El ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, informó que el Gobierno «suspendió sin goce de sueldo a 3.000 trabajadores sanitarios» por no vacunarse contra el Covid-19, algo que estaba reglamentado desde el 15 de septiembre de 2021.
«Ayer hubo unas 3.000 suspensiones que han sido notificadas al personal de centros de salud por no haberse puesto al menos una dosis de la vacuna», confirmó Véran en diálogo con la prensa.
«Una gran cantidad de estas serán temporales. En su mayoría se trataba de empleados de servicios de apoyo, como los que trabajan en la lavandería o en la preparación de alimentos», agregó el funcionario.
Verán destacó que muy pocos médicos y enfermeras aún no se vacunaron. «Muchos de ellos han decidido hacerlo ahora y la obligación de hacerlo se ha hecho realidad», valoró.
Según datos oficiales recogidos por la agencia pública de sanidad hasta el 12 de septiembre, el 89,3% de los cuidadores en centros de acogida de personas adultas dependientes habían recibido al menos una dosis. En cuanto a la población en general, la cifra se eleva a 73,9%.
«La situación ha mejorado mucho gracias a la vacunación masiva de la población francesa, gracias a los gestos de la barrera, la vigilancia de la gente … y el paso sanitario», destacó Verán.
«La epidemia aún no ha terminado, pero la estamos reduciendo con casos que caen un 30% en una semana, así que vamos en la dirección correcta y tenemos que seguir adelante», enfatizó.
Por último, Verán señaló: «Nueve de cada 10 personas en Francia que son elegibles han sido vacunadas. Hoy somos uno de los países más vacunados del mundo … cuanto más vacunamos, más posibilidades tenemos de salir de esto», finalizó.